En las autopistas desiertas de una Australia desconocida, tiene lugar una guerra sin merced entre motoristas forajidos y policías Interceptor, que intentan triunfar sobre la gentuza al volante de coches con motores trucados. En un mundo en plena decadencia, la moral se difuminará en el escenario post apocalíptico donde lo único que tiene valor es el bien más preciado: la gasolina. La depravación, crueldad y salvajismo reinan en las bandas que no dudarán en perseguir y acabar con cualquiera que se ponga entre ellos y su ansia destruir y ser los amos de la carretera. Max se cruzará en su camino y lo que empieza como un acto de justicia no tardará en tornarse una lucha personal para acabar con ellos.