Sarawak, en el noreste de la isla de Borneo, 1839. Casi por casualidad, el aventurero británico James Brooke es nombrado rajá por el sultán de Brunei, y ya como soberano independiente emprende una cruzada personal para erradicar la piratería, la esclavitud y la caza de cabezas, al tiempo que intenta frenar las malévolas ambiciones expansionistas del Imperio británico.