Hace años, en el huerto de una pequeña iglesia había tres árboles, un gran roble, un frondoso manzano y un hermoso abeto. Al pie de los árboles vivían tres animalitos. Tamia, Mamá Gorrión y Lotor. Aunque los tres árboles tendían a discutir entre ellos, las visitas de su mejor amigo, un niño de siete años llamado Guillermo, siempre les alegraba. Pero un triste día el sacerdote de la iglesia tomó una decisión que iba a resulta catastrófica para nuestros amigos. La iglesia tenía que agrandarse y para ello necesitaba ganar espacio, por lo que uno de los tres árboles tenía que ser talado.