Como agente secreto del gobierno, T se convirtió inconscientemente en el chivo expiatorio de una operación de la agencia. Ahora, buscando su venganza, planea usar el metro subterráneo que cruza el corazón de la ciudad, un plan que la ratera Kay descubre por casualidad. Ella informará al detective Jay, cuya persecución del terrorista desata una carrera de alta velocidad a través del laberinto de túneles de Seúl. T va cargado con una gran cantidad de explosivos -que amenaza con detonar si no se atienden sus demandas.