José, autoritario, coleccionista de trajes militares, pobre de espíritu. Fernando, perseguidor incansable de la unión mística con Dios. Juan, escritor de cartas enloquecidamente eróticas. La madre hidrópica, nostálgica de antiguos esplendores. Las niñas que, entre juegos, encuentran muñecas enterradas y torturadas. Y en medio de esta atmósfera tan extraña e inquietante está Ana, la institutriz inglesa de 25 años.