Nikki Finn (Madonna) es una espabilada joven que acaba de salir de la cárcel, donde ha pasado un tiempo encerrada falsamente acusada. Nikki es desenfadada, alegre e indisciplinada. Loudon Trott (Griffin Dunne), es un serio y responsable abogado, a quien su jefe y futuro suegro ha encomendado la custodia de Nikki. Éste debe acompañarla desde la prisión hasta la estación de autobuses, y asegurarse de que abandona de inmediato la ciudad. Lo que Loudon no sospecha es que la alocada rubia que lleva en su coche tiene sus propios planes, y que va a convertir su ordenada y lineal existencia en un verdadero caos.